Miguel López: EL “LUTHIER” VILLALEYVANO

Desde niño, Miguel estuvo rodeado de dos elementos que hoy son su presente
y su futuro, la madera y la música.

En el seno de su familia, aprendió los dos artes que hoy en día le permiten ser uno de los cuatro Luthier que existen en Colombia. Luthier es el término con el que se denomina aquel que fabrica instrumentos de “cuerda frotada”, léase, el violín, la viola y el chelo.
La fabricación manual de estos instrumentos es una tradición que se guarda celosamente de maestro a discípulo, pudiendo Miguel trabajar al lado de uno de ellos quien le transmitió su arte. Al tiempo fue avanzando en sus estudios autodidactas de música, fundamental también para su oficio. Aprendió la talla en Pasto en la escuela de un maestro ecuatoriano, especialista en la talla quiteña.
En el año de 1999 inicia la construcción del primer violín por encargo de un amigo. Vencidos muchos obstáculos, después de varios meses de concentración lo entrega a satisfacción, iniciando el camino de Luthier formalmente.
Gracias a su sentido de perfección y en especial la pasión por el trabajo, sus instrumentos son solicitados y apreciados por las élites del mundo musical, a nivel nacional e internacional. Réplicas de los instrumentos más famosos son encargados por especialistas, consiguiendo Miguel extraordinarios resultados, lo que lo califica en la actualidad como uno de los jóvenes talentos en este círculo. Trabajo, pasión y mucha paciencia le han dado a este villaleyvano la posibilidad de brillar con luz propia en este armónico arte.

La fabricación de un violín de esta calidad se demora entre tres y cuatro meses y su valor varía entre los dos y los seis millones de pesos.