La Laguna de las Coloradas es un espejo de agua ubicado en el vecino Municipio de Gachantivá y se encuentra rodeada de uno de los ecosistemas de robles mejor conservados en la región. Multitud de especies vegetales y animales conviven en los espectaculares bosques convirtiendo el lugar en uno de los mejores y hermosos destinos eco-turísticos de la Provincia del Alto Ricaurte.
Esta laguna surte de agua a varias veredas del Municipio y representa la seguridad alimenticia de más de mil quinientas personas que de manera directa o indirecta dependen de los servicios ambientales generados por este ecosistema.
En la actualidad se encuentra amenazada por intereses particulares, quienes pretenden iniciar la explotación minera sin los debidos estudios del impacto ambiental y social que este hecho produciría.
El ambientalista Juan Matamoros habitante de la zona, se encadenó a las puertas de las oficinas de Corpoboyacá hasta ser escuchado por el director y le entregó un derecho de petición donde solicita la revocatoria de la licencia por adolecer de errores de fondo y de forma. Esta acción fue bienvenida y apoyada por la comunidad y sus dirigentes, quienes han manifestado que no permitirán esta explotación de ninguna manera.
La comunidad campesina de Gachantivá, el Concejo Municipal y los ambientalistas de Villa de Leyva, se encuentran a la expectativa de la respuesta de la Corporación, puesto que en caso de no revocarse esta licencia, estarían dispuestos a emprender acciones populares para evitar que ese tesoro ecológico que es la Laguna de las Coloradas y sus bosques de robles milenarios vayan a desaparecer por culpa de una explotación minera que afectaría negativamente el patrimonio natural de los habitantes de Gachantivá y el Alto Ricaurte.
Esta laguna surte de agua a varias veredas del Municipio y representa la seguridad alimenticia de más de mil quinientas personas que de manera directa o indirecta dependen de los servicios ambientales generados por este ecosistema.
En la actualidad se encuentra amenazada por intereses particulares, quienes pretenden iniciar la explotación minera sin los debidos estudios del impacto ambiental y social que este hecho produciría.
El ambientalista Juan Matamoros habitante de la zona, se encadenó a las puertas de las oficinas de Corpoboyacá hasta ser escuchado por el director y le entregó un derecho de petición donde solicita la revocatoria de la licencia por adolecer de errores de fondo y de forma. Esta acción fue bienvenida y apoyada por la comunidad y sus dirigentes, quienes han manifestado que no permitirán esta explotación de ninguna manera.
La comunidad campesina de Gachantivá, el Concejo Municipal y los ambientalistas de Villa de Leyva, se encuentran a la expectativa de la respuesta de la Corporación, puesto que en caso de no revocarse esta licencia, estarían dispuestos a emprender acciones populares para evitar que ese tesoro ecológico que es la Laguna de las Coloradas y sus bosques de robles milenarios vayan a desaparecer por culpa de una explotación minera que afectaría negativamente el patrimonio natural de los habitantes de Gachantivá y el Alto Ricaurte.
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