Editorial
Por: Guillermo Torres Mojica
El mejor destino para Villa de Leyva es convertirse en un modelo de desarrollo humano sostenible de tal manera que garantice a las generaciones presentes y futuras el disfrute de un medio ambiente sano.
La educación ambiental es el eje transversal que debe atravesar todos los niveles de formación escolar, técnica y superior apuntando a la construcción de un ciudadano consciente y respetuoso de su relación con la naturaleza y sus semejantes.
El patrimonio ambiental representado por el Santuario de Flora y Fauna de Iguaque que produce todos los servicios ambientales para la región debe protegerse de cualquier eventualidad catastrófica implementando medidas preventivas y alertas tempranas que permitan atender cualquier emergencia.
El agua es el recurso fundamental para la vida por consiguiente todas las políticas de ordenamiento deberán apuntar a su protección, conservación y recuperación. No podemos crecer indefinidamente por lo que es muy importante calcular los límites y la capacidad de carga del territorio.
Las cuencas y microcuencas productoras de agua son un bien público y objeto de cuidado y vigilancia permanente para su protección. El agua es el principal patrimonio de todos, así como su protección y conservación una responsabilidad colectiva.
Debido a la expansión urbanística las aguas negras en zonas rurales y suburbanas deberán ser tratadas en el sitio, de tal manera que se evite la contaminación de las fuentes de agua y de los acuíferos subterráneos.
Los residuos sólidos debidamente seleccionados, recuperados y reciclados para su aprovechamiento. En la zona urbana se tratarán las aguas servidas y se implementará la cultura de la selección en la fuente de los residuos sólidos.
La agricultura se orientará hacia una producción limpia y orgánica produciendo alimentos sanos y de alto valor agregado con miras a su comercialización en el mercado interno y externo.
La implementación de energías limpias alternativas como la solar, la eólica, la hidráulica y la térmica tienen muy buenas perspectivas en la región y su uso es inevitable en un mundo cada vez mas consiente de que tarde o temprano los combustibles fósiles se agotarán.
Una Villa de Leyva blanca con corazón verde, es el mejor patrimonio en el presente para el futuro.
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