Con estas dramáticas palabras Don Marcolino Munevar inicia su relato en el que cuenta los sucesos acaecidos alrededor del hallazgo del fósil de Kronosaurio, hoy en día una de las atracciones turísticas más relevantes de Villa de Leyva: el Museo Comunitario del Fósil de la Vereda de Monquirá.
Lo particular de esta historia es cómo una comunidad logra apropiarse de su patrimonio paleontológico. Y la verdad es que conseguirlo fue un trabajo muy arduo y los participantes debieron enfrentar en su momento circunstancias álgidas que los llevaron a confrontar a las autoridades tanto, departamentales y nacionales, para lograr finalmente sus objetivos.
El protagonista de esta jornada fue el entonces (1977) Presidente de la Junta de Acción Comunal Marcolino Munevar, legendario líder campesino, quien organizó a su gente para no permitir el traslado del fósil hacia destinos inciertos. Debido a su lucha le correspondió soportar amenazas, persecuciones y hasta cárcel.
El episodio central del evento ocurre cuando por orden del Gobernador de la época llegan el Secretario de la Gobernación, el científico quién pretendía llevar el fósil y tres policías, siendo rechazados por un numeroso grupo de campesinos organizados quienes se oponen a su traslado. La situación se calienta y llega al punto de hacerle expresar al Secretario “yo me voy para el pueblo porque aquí hay una guerra chiquita”.
Finalmente luego de muchos forcejeos entre las autoridades y la comunidad, después del encarcelamiento y liberación de Marcolino, las autoridades admiten las pretensiones de la Comunidad y colaboran para conseguir los recursos científicos para realizar las labores de conservación del fósil, entregándolo al cuidado de la Comunidad.
Con el dinero recaudado por el cobro de la exhibición del Fósil se fue construyendo la infraestructura física y se consiguieron las otras colecciones de fósiles que hoy acompañan al Kronosaurio, contando en la actualidad el Museo con un buen escenario de exhibición, además de salones comunitarios, talleres, locales y un importante centro turístico.
Hoy la Comunidad está bien organizada, periódicamente se realizan censos para ubicar a los más necesitados, tienen un tractor que se alquila a buenos precios a los campesinos de la vereda y cada familia recibe anualmente un sustancioso bono para reclamar un mercado para navidad y año nuevo así como un dinero en efectivo para ayuda la de compra de útiles y otros gastos de los niños en edad escolar.
El Museo Comunitario el Fósil es una gran empresa social que fue posible gracias a la unión de toda una comunidad con un gran sentido de pertenencia liderada en su momento por Marcolino Munevar “el general de la guerra chiquita”. Tuvieron el valor civil para proteger su patrimonio y promoverlo con un sentido turístico.
Lo particular de esta historia es cómo una comunidad logra apropiarse de su patrimonio paleontológico. Y la verdad es que conseguirlo fue un trabajo muy arduo y los participantes debieron enfrentar en su momento circunstancias álgidas que los llevaron a confrontar a las autoridades tanto, departamentales y nacionales, para lograr finalmente sus objetivos.
El protagonista de esta jornada fue el entonces (1977) Presidente de la Junta de Acción Comunal Marcolino Munevar, legendario líder campesino, quien organizó a su gente para no permitir el traslado del fósil hacia destinos inciertos. Debido a su lucha le correspondió soportar amenazas, persecuciones y hasta cárcel.
El episodio central del evento ocurre cuando por orden del Gobernador de la época llegan el Secretario de la Gobernación, el científico quién pretendía llevar el fósil y tres policías, siendo rechazados por un numeroso grupo de campesinos organizados quienes se oponen a su traslado. La situación se calienta y llega al punto de hacerle expresar al Secretario “yo me voy para el pueblo porque aquí hay una guerra chiquita”.
Finalmente luego de muchos forcejeos entre las autoridades y la comunidad, después del encarcelamiento y liberación de Marcolino, las autoridades admiten las pretensiones de la Comunidad y colaboran para conseguir los recursos científicos para realizar las labores de conservación del fósil, entregándolo al cuidado de la Comunidad.
Con el dinero recaudado por el cobro de la exhibición del Fósil se fue construyendo la infraestructura física y se consiguieron las otras colecciones de fósiles que hoy acompañan al Kronosaurio, contando en la actualidad el Museo con un buen escenario de exhibición, además de salones comunitarios, talleres, locales y un importante centro turístico.
Hoy la Comunidad está bien organizada, periódicamente se realizan censos para ubicar a los más necesitados, tienen un tractor que se alquila a buenos precios a los campesinos de la vereda y cada familia recibe anualmente un sustancioso bono para reclamar un mercado para navidad y año nuevo así como un dinero en efectivo para ayuda la de compra de útiles y otros gastos de los niños en edad escolar.
El Museo Comunitario el Fósil es una gran empresa social que fue posible gracias a la unión de toda una comunidad con un gran sentido de pertenencia liderada en su momento por Marcolino Munevar “el general de la guerra chiquita”. Tuvieron el valor civil para proteger su patrimonio y promoverlo con un sentido turístico.
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