Si camina usted hacia el norte por toda la “Calle caliente”, exactamente a dos cuadras de la esquina nororiental de la Plaza principal, se va a encontrar inevitablemente con un personaje muy particular Don Luís Romero. Y si usted no puede evitarlo, irremediablemente caerá en las amables redes de su encanto personal.
En su “cháchara” conocerá todos las leyendas, historias e imaginarios colectivos; tanto, que difícilmente podrá usted escapar de ese torrente de palabras que va hilando una a una, transportándolo por todos los rincones no solo de Villa de Leyva sino del país y del mundo. Gran conocimiento de la Historia, cultura universal, simpatía, mucha lectura, fina inteligencia, sentido del humor, malicia indígena, chismoso por naturaleza, bohemia y el gusto por la gente, son los ingredientes que componen a este maravilloso y único personaje que ha labrado su propia huella en los corazones de todos los que por una u otra razón se lo han encontrado en el camino.
Conseguir esa sabiduría popular que lo caracteriza es el producto de una intensa vida en la que ha recorrido muchos caminos. En su carrera militar inicial tuvo la oportunidad de viajar por todo el territorio nacional y escogido por su valor e inteligencia para combatir en Corea, siendo reconocido allí su coraje y el de un puñado de colombianos en categoría de Héroes en Combate, hecho que lo hace especial para el gobierno de Corea del Sur quien lo ha invitado varias veces a su país y que en este año le hace un reconocimiento especial.
Esposo y compañero de doña Gladys Roncancio, tradicional matrona de la sociedad villaleyvana, Don Luisito, como se le reconoce amablemente, llegó al pueblo de su mano procedente de Bogotá hace 45 años y desde entonces han construido un sólido y cálido hogar donde se han acunado una buena nidada de hijos e hijas que les dan día a día muchas satisfacciones.
Desde su llegada, visualizando el futuro turístico de la Villa, junto con su esposa e hijos se ha dedicado a desarrollar importantes proyectos turísticos en el área de los restaurantes (el restaurante Bachué) y las artesanías, siendo junto con el Hotel de la Mesopotamía y el Mesón de los Virreyes los pioneros en el desarrollo turístico local.
Ahora en el otoño de su vida, con la tranquilidad del deber cumplido, con toda esa experiencia acumulada por los años, con todo ese conocimiento de la gente y el territorio de Villa de Leyva, en su esquina preferida la del almacén familiar de artesanías, su piedra que le sirve de asiento, y eso sí con una que otra “copita que no falte”, Don Luisito hace las delicias de habitantes y visitantes, contando chistes, historias, leyendas, anécdotas y chismes de todo lo que acontece y deja de acontecer, convirtiéndose en si mismo en una de las nuevas leyendas vivientes de la Bella Villa y reconocido sin lugar a dudas como su “palabrero mayor”.
En su “cháchara” conocerá todos las leyendas, historias e imaginarios colectivos; tanto, que difícilmente podrá usted escapar de ese torrente de palabras que va hilando una a una, transportándolo por todos los rincones no solo de Villa de Leyva sino del país y del mundo. Gran conocimiento de la Historia, cultura universal, simpatía, mucha lectura, fina inteligencia, sentido del humor, malicia indígena, chismoso por naturaleza, bohemia y el gusto por la gente, son los ingredientes que componen a este maravilloso y único personaje que ha labrado su propia huella en los corazones de todos los que por una u otra razón se lo han encontrado en el camino.
Conseguir esa sabiduría popular que lo caracteriza es el producto de una intensa vida en la que ha recorrido muchos caminos. En su carrera militar inicial tuvo la oportunidad de viajar por todo el territorio nacional y escogido por su valor e inteligencia para combatir en Corea, siendo reconocido allí su coraje y el de un puñado de colombianos en categoría de Héroes en Combate, hecho que lo hace especial para el gobierno de Corea del Sur quien lo ha invitado varias veces a su país y que en este año le hace un reconocimiento especial.
Esposo y compañero de doña Gladys Roncancio, tradicional matrona de la sociedad villaleyvana, Don Luisito, como se le reconoce amablemente, llegó al pueblo de su mano procedente de Bogotá hace 45 años y desde entonces han construido un sólido y cálido hogar donde se han acunado una buena nidada de hijos e hijas que les dan día a día muchas satisfacciones.
Desde su llegada, visualizando el futuro turístico de la Villa, junto con su esposa e hijos se ha dedicado a desarrollar importantes proyectos turísticos en el área de los restaurantes (el restaurante Bachué) y las artesanías, siendo junto con el Hotel de la Mesopotamía y el Mesón de los Virreyes los pioneros en el desarrollo turístico local.
Ahora en el otoño de su vida, con la tranquilidad del deber cumplido, con toda esa experiencia acumulada por los años, con todo ese conocimiento de la gente y el territorio de Villa de Leyva, en su esquina preferida la del almacén familiar de artesanías, su piedra que le sirve de asiento, y eso sí con una que otra “copita que no falte”, Don Luisito hace las delicias de habitantes y visitantes, contando chistes, historias, leyendas, anécdotas y chismes de todo lo que acontece y deja de acontecer, convirtiéndose en si mismo en una de las nuevas leyendas vivientes de la Bella Villa y reconocido sin lugar a dudas como su “palabrero mayor”.
DOn Luisito Romero : magnifico personaje al que tengo elhonor de conocer. Le expresamos nuestro cariño y le deseamos muchos años mas de vida sana para que esparsa su sabiduria a la gente que mas ama: la de la Villa de Leyva.
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